martes, 25 de noviembre de 2014

La prosa medieval. Don Juan Manuel




LA PROSA MEDIEVAL:
DON JUAN MANUEL Y EL CONDE LUCANOR
TEXTOS
Los Exemplos
1.Lee detenidamente estos cuatro cuentos de Don Juan Manuel.
EXEMPLO X: Lo que sucedió a un hombre que por falta de otra cosa comía altramuces.
EXEMPLO XXXV: De lo que aconteció a una mujer que tenía muy mal carácter.
2.En esta página podrás leer más cuentos de El conde Lucanor.
ACTIVIDADES
Acerca de todos los cuentos
1.Los 51 cuentos (o exempla) que forman El conde Lucanor tienen una misma estructura narrativa y dos personajes comunes (el conde y Patronio, su consejero) que hacen de hilo de unión. A partir de la lectura de los cuatro cuentos, intenta extraer ese esquema constructivo que se repite.
2. El conde Lucanor es una obra didáctica; Don Juan Manuel quiso recoger en ella un conjunto de enseñanzas morales para formar a la nobleza. Para hacer “tragar la píldora instructiva”, DJM la endulza primero con un cuento. De las enseñanzas morales que se deducen de los cuatro ejemplos, elige la que te parece más útil para la vida y redacta un texto argumentativo en el que justifiques tu elección. Puedes añadir tus propios ejemplos, anécdotas o experiencias para apoyar tu elección. (150 palabras aproximadamente)
De dos en dos

Elige una de las siguientes parejas de cuentos y realiza las actividades que se proponen a continuación
BLOQUE 1: Doña Truhana y La mujer que tenía mal carácter
DOÑA TRUHANA
1. Lee las tres versiones con mucha atención y compáralas. ¿Qué parecidos o diferencias observas?
EXEMPLO XXXV: La mujer de mal carácter
1. Dime cuáles son los temas de este cuento y cuál crees que es el concepto del matrimonio y del papel de la mujer en la familia y en la sociedad para Don Juan Manuel.
2. El ejemplo que explica Patronio tiene dos finales y de cada uno de ellos se extrae una “lección”. Coméntalos y explícame las moralejas.
3. En este ejemplo, DJM logra crear una atmósfera de tensión. Intenta describir los recursos con los que la consigue.
4. El origen de este cuento es persa y Shakespeare hizo una versión célebre en La fierecilla domada. No ha sido el único. Lo de la “domesticación” de una mujer silvestre y con carácter, ¿no te suena a argumento conocido? (valen también películas)
BLOQUE 2: El hombre que comía altramuces y El rey y los pícaros
EXEMPLO X: El hombre que comía altramuces
1. Lee este fragmento de La vida es sueño de Calderón de la Barca y compara las dos versiones. ¿Para ilustrar el cuento, vale también el refrán "Mal de muchos, consuelo de tontos"? ¿O significa lo contrario?
EXEMPLO XXXII: El rey y los pícaros
0. Los pícaros son típicos de la cultura de muchas sociedades.  En muchos casos, los pícaros viven bajo circunstancias muy adversas, pero usan su inteligencia para mejorar sus vidas.  ¿Es posible justificar el engaño que practican los pícaros?
1. Como todos los timadores, los burladores del cuento tienen éxito porque se aprovechan de los defectos ajenos, o, en este caso de los prejuicios y leyes sociales. ¿Qué “pecados” y circunstancias sociales del rey moro y su corte permiten el engaño?
2. "O yo soy ciego o vos vais desnudo" ¿Por qué Don Juan Manuel le hace confesar la verdad a un “negro”?
3. Don Juan Manuel no inventa los cuentos, la mayor parte los obtiene de las colecciones de “exempla” que se ponen de moda en los siglos XIII y XIV para ofrecer educación moral al pueblo en su propia lengua. Estas colecciones provenían casi todas de la literatura clásica y de la oriental (árabe, hindú, persa...) y DJM las adapta a su intención literaria: dar consejos a los de su propia clase, la nobleza. El origen de este cuento es árabe y otros escritores lo reelaborarán: Cervantes en el entremés El retablo de las maravillas y Gracián en su Agudeza y arte de ingenio. Probablemente, no conoces estas versiones, pero quizá sí alguna otra más reciente. Si es así, dime de cuál se trata y, si hay alguna diferencia entre esa adaptación y la que acabas de leer, cuéntala.
CONTEXTO
Sobre el autor y la obra
1.Consulta el libro de texto y los siguientes enlaces:
AUTORCronología
Don Juan Manuel en la Wikipedia
Don Juan Manuel, su época y El conde Lucanor (Jesús Lizano)
OBRAOtros cuentos de Don Juan Manuel (Ciutat seva)
El conde Lucanor en la Wikipedia
MÁS ENLACES
Biografía de Juan Antonio Molero
Apuntes biográficos (ampliación)
Presentaciones sobre los cuentos (X) (VII) (XXXII)


texto para comentar en CLASE:

EXEMPLO XXIX
De lo que contesçio a un rraposo que se fizo el muerto.

Otra vez fablava el conde Lucanor con Patronio, su consejero, et dixole assi:

‑Patronio, un mi pariente bive en una tierra do non ha tanto poder que pueda 
estrannar quantas es­cátimas le fazen, et los que an poder en la tierra, querrían 
muy de grado que fiziesse él alguna cosa por que oviessen achaque para 
eer contra él. Et aquel mi pariente tiene que le es muy grave cosa de soffrir 
aquellas terrerias quel fazen, et querría aven­turarlo todo ante que soffrir tanto 
pesar de cada día. Et porque yo querría que él açertasse en lo mejor, rruégovos q
ue me digades en qué manera le conseje por que pasee lo mejor que pudiera en
 aquella tierra.
            ‑Sennor conde Lucanor ‑dixo Patronio‑, para que vos le podades consejar 
en esto, plazerme ya que sopiéssedes lo que contesçió a un rraposo que se fizo el muerto.
            El conde le preguntó cómmo fuera aquello.
    ‑Sennor conde ‑dixo Patronio‑, un rraposo en­tró una noche en un corral do 
avía gallinas. Et andando en rroydo con las gallinas, guando él cuydó que se 
podría yr, era ya de día et las gentes andavan todas por las calles. Et desque vio 
que non se podía escon­der, salió escondidamente a la calle et tendiósse assí 
commo si fuesse muerto. Quando las gentes lo vieron, cuydaron que era muer­to, et non 
cató ninguno por él.
Et a cabo de una pieça paseó por ý un omne et dixo que los cabellos de 
la fruente del rraposo eran buenos para poner en la fruente de los moços 
pequen­nos por que non los aoien. Et trasquilóle con unas ti­seras de los cabellos 
de la fruente del rraposo.
Después vino otro, et dixo eso mismo de los cabellos del lomo; et otro de las 
yjadas. Et tantos dixieron esto fasta que lo trasquilaron todo. Et por todo esto 
nunca se movió el rraposo, porque entendía que aque­llos cabellos non le fazian 
danno en los perder.
Después vino otro et dixo que la unna del polgar del rraposo que era buena 
para guarescer de los pa­narizos et sacógela. Et el rraposo non se movió. Et después 
vino otro que dixo que el diente del rraposo era bueno para el dolor de los dientes; 
et sacógelo. Et el rraposo non se movió.
Et después, a cabo de otra pieça, vino otro que dixo que el coraçon era bueno paral 
dolor del cora­çón, et metió mano a un cochiello para sacarle el co­raçón. Et el rraposo 
vio quel querían sacar el coraçon et que si gelo sacassen, non era cosa que se 
pudiesse cobrar, et que la vida era perdida, et tovo que era mejor de se 
aventurar a quequier quel pudiesse venir, que soffrir cosa por que se perdiesse
 todo. Et aven­turóse et punó en guarescer et escapó muy bien.
Et vos, sennor conde, consejad aquel vuestro pa­riente que si Dios le echó en 
tierra do non puede es­trannar lo quel fazen commo él querría o commo le cunplia,
 que en quanto las cosas quel fizieren fueren atales que se puedan soffrir sin 
grand danno et sin grand mengua, que dé a entender que se non siente delio et 
que les dé passada; ca en quanto da omne a entender que se non tiene por 
maltrecho de lo que contra él an fecho, non está tan avergonçado; mas de que 
da a entender que se tiene por maltrecho de lo que ha rresçebido, si dende 
adelante no faze lo que deve por non fincar menguado, non está tan bien 
com­mo ante. Et por ende, a las cosas passaderas, pues non se pueden 
estrannar commo deven, es mejor de les dar passada; mas si llegare 
el fecho a alguna cosa que sea grand danno et gran mengua, estonçe 
que se aventure et non lo sufra, ca mejor es la pérdida o la muerte, defendiendo 
omne su derecho et su onra et su estado, que bevir passando en estas cosas mal 
et dessonrradamente.

El conde tovo éste por buen consejo. Et don Johan fízolo escrevir en este libro, et fizo 
estos versos que dizen assí:

Sufre las cosas en quanto devieres,
estranna las otras en quanto pudieres.

La literatura en la Edad Media


Literatura Medieval

Introducción a la historia de la Literatura Medieval
Las primeras manifestaciones literarias en castellano se producen durante los siglos medievales, coincidiendo con la Reconquista o la Conquista que llevaron a cabo los cristianos frente a los reinos musulmanes, presentes en la Península Ibérica desde el siglo VIII.
Literatura medieval
Este hecho influiría no sólo en la nueva lengua que se extendía por territorio español sino también en el gusto temático, donde predominaban viejas historias que hablaban de héroes y grandes hazañas en un tiempo glorioso y fascinante: en nuestro país la máxima expresión de este agrado por la épica medieval es el Cantar del Mio Cid, narración en verso que describe las aventuras de Rodrigo Díaz de Vivar, noble infanzón que representa el carácter que todo buen guerrero y fiel servidor debía poseer.
Literatura medieval en España: Página del Mio Cid
Monasterios, universidades y escuelas: focos de la intelectualidad medieval
En los comienzos de la Edad Media la cultura y por ello también la Literatura, estaban en manos de los monjes quienes gracias a su preparación intelectual podían traducir obras antiguas además de escribir otras nuevas sobre diversos temas que les resultaban de interés.
La literaurura, la intelectualidad y cultura medieval estuvo encerrada durante los primeros siglos medievales en los scriptorium de los monasterios
Avanzando en los siglos encontramos un nuevo foco de cultura proveniente de las recién surgidas universidades y escuelas, espléndidos centros enseñantes de nuevas formas, teorías y perspectivas. Especial atención merece la Escuela de Traductores de Toledo, fundada por el Arzobispo de Toledo Raimundo (que lo fue desde 1126 a 1152) quien ideó una escuela con un equipo permanente de traductores que Alfonso X, en el siglo siguiente, consolidó, dotándola- mostrando así su gusto y refinamiento- de los mejores eruditos y escribanos de las tres culturas ibéricas: la judía, la árabe y la cristiana.  
Torre de Tabara y dos monjes trabajando en un códice
La Literatura en la cultura popular
Además de las obras creadas en dichos espacios de saber, igual de importante en el Medievo fue la cultura popular, aquella creadas para ser cantada y representada al pueblo, en su inmensa mayoría analfabeto y que por tanto no podía gozar de las letras escritas.
Juglares y trovadores, auténticos poetas y actores, recitaban historias de carácter anónimo, escritas en verso, forma considerada la más correcta para el arte de la escritura.
Si algún pero pudiésemos poner a estas composiciones es que, desde que se tratan de composiciones trasmitidas de formal oral, las muestras escritas que han llegado hasta nuestro tiempo son posteriores y pueden confundir respecto al tiempo en el que fueron escritas. 
Durante mucho tiempo se ha considerado que las primeras manifestaciones de literatura en lengua romance fueron los poemas de Guillermo IX, duque de Aquitania y conde de Poitou (1071-1126) aunque pruebas descubiertas recientemente, aseguran por el contrario, que fueron las jarchas mozárabes, datadas recientemente en el inicio del siglo XI. 
La jarcha es un poema escrito en árabe clásico cuya característica más original es que termina con una cancioncilla en lengua vulgar, en jerga o en lengua romance. Esta canción es la llamada "jarcha". El tema principal de estas obras eran las lamentaciones amorosas en boca de una doncella quien se lamenta de un amor imposible. 
El lenguaje de los poemas será directo pero lleno de afecto, sentimiento que se entremezcla con la duda, presente en numerosas frases interrogativas.
Los mismos estudios que han situado las jarchas por delante de otros fenómenos literarios, aseguran clave la influencia de estas composiciones en la lírica galaico-portuguesa -en especial en las cantigas de amigo que comparten con las jarchas temática y estructura formal- así como en los más tardíos villancicos castellanos, quienes, para los mismos, tienen una raíz común de la que brotan cada una de las manifestaciones: dentro de la lírica galaico-portuguesa podemos encontrar las cantigas de amor donde el protagonista y personaje central es un hombre- el llamado amor cortés-,  las cantigas d´escarnho e de maldizer de carácter burlesco y satírico, crítica a las costumbres de la época- con raíces provenzales, traídas tal vez por el Camino de Santiago- además de las cantigas de amigo donde la que habla es una mujer.
Amor Cortés
Los villancicos no hacen su aparición en manuscritos u obras impresas hasta el siglo XVI aunque podemos asegurar que ya existían en fechas mucho anteriores. Los villancicos son poemas amorosos en que el interlocutor es una doncella y como sucede en las dos composiciones anteriores, suele referirse a un amor no correspondido o imposible, el amor cortés: narra una historia de amor bajo unas reglas que se repiten, un amor puro donde el contacto carnal no existe, sino que es un continuo cortejo de un caballero a una dama casada.
Los personajes poseen un linaje noble, hecho que se hace patente no solamente por la sangre que corre por sus venas sino también por su comportamiento y conducta. El amor cortés lleva a una relación frustrada, bien por la imposibilidad de mantenerla, bien por la desgracia que trae consigo la consumación de la pasión por lo que los amantes tratan de esconder su relación por miedo a represalias muy a pesar de no sobrepasar las distancias físicas. En el amor cortés la mujer suele situarse por encima del varón, habitualmente por su fortaleza moral y es que es ella la que mantiene la distancia y no se deja embaucar por el caballero.

Algunos nombres propios de la literatura bajomedieval en castellano

Si antes hablábamos de la primera obra escrita, el primer poeta castellano de nombre conocido en Gonzalo de Berceo (1197-1264), conocido por la su obra hagiográfica Los Milagros de Nuestra Señora veinticinco leyendas en las que se produce una  intervención de la Virgen con el fin de premiar a sus devotos. Gracias a Berceo, La Rioja- con los núcleos de San Millán de la Cogolla y Santo Domingo de Silos- es considerada la cuna de la literatura española, lugar venerado en nuestro tiempo y lugar obligado si se quiere indagar en el pasado más célebre de la literatura en lengua española.
Alfonso X en una ilustración de las Cantigas de Santa María
En el mismo siglo, el XIII, debemos destacar la figura de Alfonso X el Sabio cuando veremos un espectacular surgir de obras no sólo de su pluma, por cierto increíblemente prolífica, sino también de contemporáneos.  Fue mecenas y animó a la traducción de miles de obras clásicas, realmente difícil cuando aún el castellano no estaba totalmente reglamentado.

El siglo XIV fue espectador de la magnífica obra escrita por el Arcipreste de Hita  el Libro del Buen Amor obra que posee una técnica que recuerda a los sermones. La obra tiene una forma autobiográfica en la que se narran hechos amorosos donde la paradoja está continuamente presente y es que por un lado el clérigo denuncia los excesos sexuales de la época y por otro exalta los placeres carnales.
Página del Libro del Buen Amor

Don Juan Manuel, poeta contemporáneo del anterior, nos ha brindado otra de las más importantes obras de la Edad Media, El Conde Lucanor, libro que pone de relieve una forma organizativa, incluso con tintes de sermón, al igual que el anterior, que será copiado por autores posteriores. En la obra el Conde expone a Patronio, su criado, un problema y éste le contesta con un cuento que siempre termina en enseñanza, adquiriendo un tono didáctico y moralizador.
Los libros de temática artúrica fueron también leídos y escuchados en la Península, la primera referencia a dicha leyenda en nuestra literatura data del siglo XII aunque hubo que esperar para leer una producción típicamente española un tiempo, hasta el  Amadís de Gaula, el más famosos de los libros de aventuras caballerescas. La estructura de la obra además de pequeños detalles de la misma, revelan que tal vez fuese escrita en el mismo ambiente que las obras anteriormente citadas.
Los cuatro libros caballero Amadís de Gaula
Podríamos concluir este repaso por la literatura medieval con el Marqués de Santillana y Juan de Mena si atendemos de la poesía además de Jorge Manrique y su conmovedora obra Coplas a las Muerte de su padre. Los tres autores muestran en sus obras un refinamiento técnico y unas estructuras cada vez más definidas, preludio tal vez de la Edad de Oro.
Una de las cumbres de laliteratura  española bajomedieval: La Celestina, de Fernando de Rojas
Si eligiésemos una obra para concluir el siglo XV sería La Celestina de Fernando de Rojas, historia de amor apasionado, donde Calisto debe recurrir a la ayuda de una alcahueta para conseguir a Melibea, joven de la que se enamora perdidamente. En la trama también intervienen los criados de ambos protagonistas quienes, debido a su moral corrompida, derivan la historia en una tragedia manchada de sangre y dolor, una lección ante las malas artes, el engaño y la perversión que provoca la avaricia.


Además de lo visto en clase, puedes ampliar contenidos.

Para aprender, divirtiéndose.


Para saber más, te recomendamos la visión de estos dos vídeos.

Vídeo 1 sobre Las Jarchas

Vídeo 2 sobre la Edad Media




miércoles, 12 de noviembre de 2014